LA LEYENDA DE LA SIEMPREVIVA (Sempervivum tectorum) :
La siempreviva mayor es una bonita planta que ha tenido un ámplio uso como planta ornamental, en jardines de roca (roquedos) y macetas, pero particularmente cubriendo los tejados de las casas, al considerar la tradición popular que ahuyenta el rayo. Tanto es así que se cuenta que Carlomagno (742-814 d.C), rey de los francos, mandó que se plantara en los tejados de las casas de labor imperiales, para que las protegiera de los rayos. El nombre de barbas de Júpiter, con el que también es conocida la planta, se debe a esta creencia de tener la planta facultades para ahuyentar el Rayo.
Las siemprevivas, son un género de cerca de 50 especies de la familia Crassulaceae y más de 3000 variedades de nombre con una amplia gama de tamaños de roseta, formas y colores.
Originarias de regiones montañosas del centro y sur de Europa y las islas del Mediterráneo.
Es una planta medicinal muy antigua. Plinio el Viejo (23-79 dC) en su Naturalis Historiae incluye el uso del jugo de las hojas trituradas de Sempervivum para tratar afecciones de la piel como quemaduras, escaldaduras, callos, verrugas, tiña, herpes, picaduras de insectos, picazón y ardor en los ojos, y dolor de oído.
Discorides (40 - 90 dC) escribió en su Materia Medica que las hojas de Sempervivum machacadas con el vino eliminaban las lombrices intestinales .
en el taller
del arquero da el sol
¡ las siemprevivas!
(Yosa Buson)
