viernes, 15 de junio de 2012

FUROSHIKI

FUROSHIKI 風呂敷

El furoshiki es un pañuelo típico japonés de forma cuadrada y que se usa para transportar o envolver como regalo todo tipo de cosas. Tiene su origen en el Ofuro (baño/sauna japonesa) ya que los que allí acudían guardaban su ropa y sus pertenencias en el furoshiki para no confundirse o mezclarlas con las de los demás. Después se empezó a utilizar como forma de transportar las mercancías y se fue haciendo cada vez más popular entre los ciudadanos.

Existen multitud de técnicas furoshiki con las que es posible desde realizar envoltorios para regalo hasta confeccionar rápidamente complementos como bolsos, tocados, cinturones, etc.
Desde algunas entidades dedicadas a la defensa del medio ambiente se promueve el uso del furoshiki puesto que permite la reutilización creativa de restos de telas (pañuelos, manteles, cortinas, prendas de vestir, etc.) y la reducción del empleo de bolsas de plástico así como de ornamentos de regalo difícilmente reciclables.
El furoshiki, como manualidad y como técinca de reciclado, se enseña en las escuelas japonesas:

Finalmente, os dejo una dirección para que vaya aprendiendo aquel que esté interesado; yo, por mi parte, voy a intentar ahora mismo mi propio furoshiki. 


¡ ANIMO!
Ana,15 de Junio de 2012

jueves, 14 de junio de 2012

Carta de primavera

Otro año más han florecido las retamas de “la  dehesilla”, las rosas y las adelfas de tu huerto; sin embargo todos tenemos en esta primavera una mirada diferente hacia ellas, una mirada inundada de nostalgia y de recuerdos. Son sin duda tus flores y tus árboles, trabajaste y disfrutaste mucho con y de ellos y te aseguro que te echan en falta como nosotros.







En el huerto, junto a la higuera descubrí  huellas de tus botas, huellas que rodee para no enterrarlas, para que sigan ahí hasta que la lluvia las deshaga. Ese era tu paraíso  y lo cuidamos, estate tranquilo. Las esparragueras no han sido tan fructíferas como otras primaveras, quizás ellas sabían, mejor que nadie, que no irías a recoger sus frutos sonriendo de orgullo.

El rosal que plantó la abuela  continúa dándonos alegrías junto al paredón de piedra y la carrasca cobija los sueños de tu nieta pequeña dándole sombra a la casita de madera que tanto ansiaba y que se ha convertido en el lugar de juego de los pequeños de la familia.

Me voy a despedir diciéndote que de tu mano seguimos regando, plantando y recogiendo frutos; es muy grande lo que has dejado allí para nosotros: un remanso de paz, un olor especial  por las mañanas, el canto de los pájaros que cruzan el patio, la oliva, los cipreses….
Gracias por habernos enseñado a ver lo grande en lo pequeño.
Siempre de tu mano…..



ANA, 14 DE JUNIO DE 2012