lunes, 7 de enero de 2013

Cachoro herido.



Después de pasar  las vacaciones de Navidad cuidando de otros, me he encontrado, hoy  día 7 de enero, con  que era fiesta. Puede parecer absurdo, pero no sabía que lo era y no contaba con este día para mí. Así que he puesto a mi ego a funcionar y en un alarde de egoísmo he ido a tomar café y churros, para después darme un paseo en solitario por el parque; aunque parezca mentira la niebla que envolvía los pinos me llamaba a gritos. Llevaba semanas sin darme una vuelta tranquila escudriñando a mis anchas los rincones preferidos y hoy por fin lo he recorrido de cabo a rabo:  la fuente larga, el taray que hay enfrente, los alrededores del museo, las adelfas y rosales podados, el pozo y las fuentes de estatuas….por supuesto he terminado mi recorrido, como siempre en la única oliva que hay plantada en el parque, me encanta verla, aunque rara vez tiene fruto, pero me devuelve a otros lugares y a otros momentos de mi vida. Para mi sorpresa, junto a la oliva no estaba yo sola, había un pequeño cachorro de pastor alemán herido en una pata; no sabía qué hacer aparte de cogerlo para que dejara de llorar. Entre mis brazos se ha calmado y tranquilizado, me olfateaba sin parar y me lamía por todas partes como hace mi perrita cuando quiere agradecerte algo.
He pensado en llamar a mis hijas, pero sabía que si lo hacía no podríamos desprendernos de él y yo no puedo cuidar de nadie más; así que he llamado a una asociación que lo ha recogido y cuidará de él mientras aparecen sus dueños o alguien lo adopta.
Mucho me temo que es uno de los regalos de reyes que no encaja y no devuelven el dinero, de hecho no llevaba el ticket de regalo. Me ha costado mucho separarme de él y creo que recordaré sus ojos lánguidos y su tacto durante mucho tiempo. Iré a verlo, seguro que no podré resistirme a volver a experimentar esa sensación tan adorable.



Día de niebla-
un cachorro herido
junto a la oliva

ANA, 7 DE ENERO DE 2013

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