sábado, 17 de diciembre de 2011

TARDE DE NIEBLA Y DE SILENCIO

TARDE DE NIEBLA Y SILENCIO.
Accedí al Parque, como casi siempre, por la puerta que hay a la derecha del Museo. Todavía los rayos de sol iluminaban los pensamientos recién plantados en el macizo central. Eché a andar hacia la zona de los rosales y efectivamente, el rosal de las hojas granates tenía capullos nuevos .Muy cerca de ahí, una ardilla aferrada al tronco del pino parecía controlar el escaso movimiento que había a nuestro alrededor. Me detuve un momento a contemplarla y no huyó al acercarme, me permitió incluso hacerle una foto.
El hecho es que cuando levanté la vista mantenida en el tronco musgoso donde se hallaba la ardilla, el sol había desaparecido ya, la noche se había apoderado súbitamente de las adelfas; de la hiedra, tendida sobre la tierra y de algunos hongos, que permanecen casi invisibles bajo las hojas secas de los plátanos. Pero la noche no llegó sola, vino acompañada de una espesa niebla que recortaba a su antojo las copas de los árboles más altos. Sin darme cuenta llegué al paseo central y  en un instante, habían desaparecido las palomas que jugaban en los charcos minutos antes, las gentes que leían en los bancos y los perros; que acompañados de sus dueños, correteaban tras las palomas. Enfrente del colegio, a duras penas podía vislumbrar bien el templete, sin embargo; percibí la placidez del silencio absoluto, sólo interrumpido, por el crujir de los hojas secas a cada paso mío: una impresionante alfombra ocre se extendía ante mi vista, y no dudé en caminar sobre ella hasta la fuente grande, que ahora sin flores, constituía el único rumor cuando mis pasos cesaban.
Antes de irme, un último vistazo hacia atrás para observar cómo la niebla, cada vez más baja, modificaba la luz de las farolas y por tanto el aspecto del Parque, que resultaba fantasmagórico. Deshice mi camino para abandonar este silencio por la misma puerta por la que había entrado; eché una última ojeada a los pensamientos, ahora con gotas en sus pétalos debido a la humedad. Al salir, se rompió el silencio, se perdió la oscuridad y hasta la niebla mostraba el aspecto de una neblina descafeinada por las bombillas.
TARDE DE NIEBLA-
DE PINO A PINO
 LUCES DE NAVIDAD.
(Ana, 2 de Diciembre de 2011)

2 comentarios:

  1. Me gusta tu haibun, Ana Rosa.
    Muy buena descripción, delicada, y mantiene esa atmósfera que compartes bellamente.

    Gracias por estos momentos.

    Un beso.

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  2. Excelente haibun, Paqui. Al leerlo me parece estar dentro de tu piel y viviendo ese momento que describes.
    Un abrazo.

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